domingo, 29 de abril de 2012

ANDER HERRERA: "Nunca imaginé algo así"

"No recuerdo qué hice después del gol de Llorente. La emoción me impide recordarlo", asegura Ander Herrera. Tras recalar en el Athletic en verano procedente del Zaragoza, el centrocampista jamás había imaginado lograr algo así en su primera campaña como rojiblanco.


¿Ha asimilado ya el vestuario la clasificación para la final de la Europa League?
Estamos en ello (se ríe). La pena de este año es que no hay tiempo para disfrutar de cosas tan bonitas como esta, y más teniendo la Champions a tiro. Con el tiempo nos daremos cuenta de lo que estamos consiguiendo y de la alegría que estamos provocando en toda la afición.

Éxitos que se valoran con mayor énfasis pasados los años.
Puede ser, y en un futuro ojalá podamos decir que hemos ganado los dos títulos. Estamos viviendo algo histórico pero nosotros ahora no somos conscientes de lo que representa para la gente. Iribar llorando, la gente en la grada emocionada... es algo espectacular y algo de lo que esta plantilla está teniendo la suerte de ser partícipe.

¿Las lágrimas de José Ángel Iribar son un claro ejemplo de que el equipo ha hecho historia?
Exaltar de esa manera tan positiva los sentimientos de la gente te demuestra que estamos consiguiendo cosas importantes. Ver a gente joven llorar, también a otros más mayores que tuvieron la oportunidad de vivir aquella final contra la Juventus, te hacen sentir especial. Eso demuestra que esta plantilla no va a ser nunca indiferente para la historia del club.

¿Se imaginaba algo así en su primer año?
Sabía que venía a un sitio especial, pero nunca te puede imaginar algo así. Sabía que iba a disfrutar, pero nunca de manera tan rápida, en el primer año. ¡Pero que me quiten lo bailado!

"Pasar a la final de UEFA fue una locura total".

El jueves, en un partido vital, se mantuvo el mismo estilo de juego propuesto desde el inicio de la temporada. Un estilo que parece funcionar a las mil maravillas.
Independientemente del rival que tengamos mantenemos siempre el mismo estilo. El Sporting de Portugal era un rival muy difícil para nuestro estilo, porque se cerraba bien atrás, dejaba pocos huecos y eran muy ordenados. El equipo demostró ser fiel a su estilo y se vio que si moríamos íbamos a hacerlo fiel a nuestro estilo, sin renunciar en ningún momento a él. El equipo busca ganar por hacer más ocasiones que el rival, merecerlo más que el rival y, sobre todo, ser protagonistas.

El encuentro comenzó de manera perfecta, con un gol al cuarto de hora, pero antes del descanso el Sporting empató y San Mamés se temió lo peor. ¿Dónde estuvo la clave del partido?
En el gol de Ibai al poco tiempo de que ellos empatasen. Ese fue el momento clave del encuentro, al que se llegó por méritos propios del equipo. No es fácil hacer una jugada tan buena después de un varapalo como el que supuso su tanto. No fue un gol de la nada, tampoco un rebote, fue una jugada trenzada y ahí se demostró que el equipo está fuerte y no le duelen los golpes.

Tras una segunda parte de dominio rojiblanco, cuando la prórroga parecía algo inevitable, llegó el gol de Llorente.
El equipo lo merecía. Quizá por todo lo que peleamos en el segundo tiempo el gol debería haber llegado antes para hacer que sufriéramos menos, pero era algo que tarde o temprano iba a llegar. Solo tiraron una vez en la segunda mitad y por eso creo que somos justos finalistas. El valor de mantener un estilo ha dado sus frutos con creces.

¿El equipo tenía la mente puesta en la prórroga al ver que el gol no llegaba?
Hubo un momento antes del tanto de Llorente que el equipo pegó un pequeño bajón, quizá consciente de que la prórroga iba a ser dura y de que había que reservar un poco las fuerzas. Por suerte apareció Llorente y nos dio la clasificación. ¡Para eso están los cracks!

¿Qué se le pasó por la cabeza en ese momento?
Cuando pegó en el palo yo pensaba que iba fuera, así que cuando vi que entraba la locura se apoderó de mí. No me acuerdo ni qué hice en ese momento. Rápidamente miré el marcador para ver cuánto tiempo quedaba. Después de la celebración vi que estábamos en el minuto 89 y el objetivo a partir de entonces era que no se jugase a fútbol. Siempre intentamos jugar la pelota, pero en esos últimos cuatro minutos se trataba de evitarlo a toda costa.

El encuentro sirvió para demostrar que el equipo ha ganado en madurez, especialmente en esos últimos minutos.
No nos hicieron peligro, solo un disparo lejano que atrapó Gorka sin demasiados problemas. Eso quiere decir que el equipo era consciente de lo que se estaba jugando. El conjunto ha dado un salto importante en ese aspecto, como también se pudo ver en Santander en Liga.

Y tras la locura como consecuencia del tanto de Llorente, llegó el éxtasis cuando el árbitro decretó el final del encuentro.
Fue una locura total. Se te pasan por la cabeza muchísimos momentos de la temporada en los que las cosas no han ido tan bien. La pena es que la celebración no se puede alargar porque hay que pensar ya en el partido de Liga y contra el Zaragoza nos podemos acercar mucho a las posiciones de Champions.


¿Qué importancia tiene la llegada de Marcelo Bielsa al banquillo del Athletic en los éxitos del equipo?
El míster tiene mucha culpa de esto, sobre todo por esa exigencia que tiene, por esa autocrítica que hace cada día y por su afán de superación. No es normal que un equipo que se juega el pasar a una final de la Europa League y que ya tiene asegurada su presencia en la final de Copa de los últimos cuatro partidos de Liga gane tres y empate uno. Eso quiere decir que tomamos todo por igual, con la misma importancia, con la misma seriedad y eso es totalmente culpa del entrenador, porque no da pie a relajación y a la tranquilidad. Bielsa piensa día a día, en intentar ser mejor que el rival día a día y eso hace que estemos vivos en tres competiciones.

Además la afición le idolatra.
Que el equipo siempre vaya a ganar, que se ponga por delante y quiera más; su ambición por ganar... va totalmente unido a la filosofía del Athletic y de su aficionado. Eso cuaja perfectamente en la grada, incluso cuando las cosas no funcionaban bien al principio.

¿El jueves vivió el momento más emotivo dentro de San Mamés?
Sí, seguro. Lo de Manchester, al ver 8.000 personas desplazándose hasta allí fue increíble pero lo de ayer, por ser en casa, con todo el ambiente de 'La Catedral', fue muy especial. Tuvimos la suerte de poder brindar a la afición ese pase a la final que tanto ansiaban.

¿A título personal, cómo se sintió dentro del terreno de juego?
Acabé contento con la labor que realicé. Es cosa de todos, porque el equipo hizo un partido redondo, pero uno siempre intenta aportar su granito de arena. Ojalá en este mes que queda me sigan saliendo las cosas bien. Por esfuerzo, ilusión y ganas no va a ser.

Los problemas como consecuencia de la lesión de pubalgia que arrastra quedaron totalmente al margen el jueves.
Por suerte llevo tres semanas en las que me voy encontrando un poquito mejor. Los dolores van remitiendo y noto más el cansancio general que las molestias por la pubalgia, lo que es una buenísima noticia. Voy a seguir trabajando en el gimnasio con los fisios y con los recuperadores para intentar afrontar de la mejor manera posible este último mes.

Siempre se ha hablado de cansancio, pero al equipo, salvo en momentos puntuales, se le ve fresco.
El equipo está en una forma física impresionante. El jueves hasta el minuto 90 no se hizo ningún cambio y no se dejó de correr nunca. Buena culpa de ello la tienen Bielsa, Bonini y correcta planificación de la temporada que han hecho. Había dudas de cómo llegaríamos, pero estamos bien y en este último mes que queda tenemos que apretar los dientes al máximo.

Después de 35 años, el equipo regresa a una final europea. ¿El hecho de jugarla ante el Atlético de Madrid les apena un poco?
Para nada. La final está por encima de todo y es preciosa sea contra quien sea por todo lo que representa. Además, hacerlo contra el Atlético de Madrid, por su tradición, hace que sea más grande todavía.

En la presente temporada han jugado ya dos veces contra el Atlético. Ganaron en casa y perdieron en el Vicente Calderón. ¿La final de Bucarest se puede parecer a alguno de los partidos disputados?
Los dos encuentros que hemos jugado contra el Atlético no son valorables para medir el nivel de la final. En un partido así puede pasar cualquier cosa y no nos podemos fiar ni de lo que pasó en San Mamés ni en el Calderón.

Será un partido especial para usted, pues se reencontrará con Gabi, con quien compartió equipo en el Zaragoza.
Me alegro mucho por él, porque está siendo un jugador importante para el Atlético. Lo está jugando todo y, como yo, va a tener la oportunidad de jugar una final de la Europa League. La pena es que solo gana uno y ese espero ser yo (se ríe).

¿La juventud de este equipo puede ser un 'handicap' de cara a la final europea ante un equipo más experimentado como el Atlético?
No creo. En una final vas a muerte. Ya hemos demostrado en partidos importantes como contra el Manchester United o el Schalke, dos equipos veteranos, que podemos plantar cara a cualquiera. Es un partido diferente y todo ese tipo de aspectos quedan a un lado.

¿A cuál de las dos finales le da más importancia?
No priorizo nada, ni incluso con respecto a la clasificación para la Champions. Vamos a pelear por las tres competiciones a muerte y no nos cerramos las puertas a nada.

De cara a la final de Copa, ¿puede influir de alguna manera que vaya a ser el último partido oficial de Guardiola al frente del Barcelona?
Sinceramente creo que al fútbol le hace mucho daño que Guardiola no siga. En los últimos años le ha hecho un gran favor al fútbol, haciendo que equipos de categorías inferiores quieran jugar la pelota y se fijen en el Barça. Además, Guardiola siempre me ha parecido un señor, un caballero y si lo ha decidido así será lo mejor para él. Eso sí, no creo que vaya a tener una influencia directa en la final de Copa, aunque ellos puedan salir más motivados.

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