Marcelo Bielsa es un hombre de un gesto adusto, que pocas veces deja resquicio a mostrar sus emociones en público. Pero en la intimidad es una persona que lo hace con frecuencia. Y que incluso se abre para expresar sus sentimientos más profundos.
Cuando era seleccionador argentino dio una charla a chicos de entre 13 y 17 años del colegio Sagrado Corazón, de Rosario, donde él curso el secundario. La condición fue que no hubiese prensa. Y si bien ese encuentro se mantuvo en secreto aquel día, luego trascendieron sus palabras, que con el paso del tiempo tienen un mayor significado.
En este discurso se desvela cuál es el valor que Bielsa le da tanto al éxito como al fracaso. Y sus reflexiones lo pintan de cuerpo entero y reflejan sus pensamientos más profundos, sobre todo en momentos de frustración como los actuales. Estos son algunos ejemplos de sus reflexiones: "Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito".
Y lo explica: "El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar cuando compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando".
El técnico sigue con su lectura muy peculiar sobre la repercusión que tiene el fútbol en la sociedad: "Estoy absolutamente convencido de que la fama y el dinero son valores intrascendentes. Sí estoy seguro de una cosa: fui feliz cuando disfruté del amateurismo, fui feliz cuando crecí enamorado de mi trabajo. Yo tengo un profundo amor por el fútbol, por el juego, por la esquina, por el baldío, por el picado, por la pelota. Y desprecio todo lo añadido. Para explicar un poquito mejor ésto, sé que la alegría de un triunfo en un partido dura cinco minutos, después hay un vacío enorme y grandísimo. Y una soledad indescriptible".
El técnico no tiene dudas: "Quiero insistir con que es mucho mejor ser prestigioso que popular. Nunca me dejé tentar por los elogios. Los elogios en el fútbol son de una hipocresía absoluta. El fútbol está concebido así, tiene que haber o una gran alegría o una gran tristeza. Derrota o victoria, sangre o aplauso, son valores muy caros al ser humano", dice.
Bielsa lo tiene claro: "En el fracaso sufro mucho la injusticia del trato, no logré nunca dominar eso. Siempre sufro mucho cuando perdemos y cuando soy maltratado, pero sí logré no creerme la duración del éxito. Como no se revisa por qué ganaste, da lo mismo, te adulan por haber ganado y no porque mereciste ganar".
Y este análisis le va como anillo al dedo a su equipo: "No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganas, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando pierdes, sucede todo lo contrario. Hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados".
Aún persiste la decepción. Nunca un análisis en caliente se aproxima a la realidad de las cosas y la primera digestión de la derrota en Bucarest nos partió a todos el estómago. Pronto supimos que no era la noche del Athletic y que el sueño iba a terminar con un mal despertar. Esto es deporte, el partido podía acabar con ese desenlace. Pero no esperábamos que este equipo que nos ha devuelto la ilusión tras un año épico emergiera como un espectro de sí mismo regalándonos su peor versión en el momento más inoportuno. Este cuento se acabó.
Transcurridas más de 48 horas del mazazo debemos hacer un balance menos pasional y más racional. El sopapo sigue escociendo pero ha remitido el intenso dolor. El rojo y el blanco que tiñó el miércoles de negro las ilusiones de la afición deja hoy valoraciones algo más grises. El éxito es deformante. El fracaso sin embargo, formativo, según Bielsa "nos vuelve coherentes".
Hay que empezar a buscar consuelo para unas estrellas que se quedaron sin el cielo que se habían ganado después de una excelente competición. No es fácil ser grande en la derrota y el jueves la parroquia rojiblanca dio una nueva lección. Primero con las lágrimas que secaron con la tela de las banderas exhibidas con orgullo en el National Arena; después, ofreciendo abrigo a un equipo inconsolable que también se había creído capaz de reinar en Europa. Posiblemente el llanto de los 'leones' vino motivado por no haber podido responder a las enormes expectativas creadas en un entorno que les había puesto un nivel de exigencia altísimo. La famosa montaña rusa que cuanto más arriba sube más rápido te lleva al suelo.
Gora Athletic!!
Levantemos la mirada con orgullo. No hay estómago rojiblanco que se pueda permitir seguir regurgitando mas hiel. Deberíamos pasar página a la final con la sensación de haber marcado un hito, puede que sea el consuelo del perdedor, pero es injusto olvidar tan rápido todo lo que hemos disfrutado con este equipo. Se pasó el subidón, pero nadie debe bajar la guardia ante lo que aún está por venir.
Evidentemente no es lo mismo ganar un título europeo que una Copa. El indigesto trago de Rumanía no puede empañar el buen hacer rojiblanco en un curso en el que se han superado las expectativas más optimistas. Aún queda una oportunidad para redondear la temporada. Llevamos 28 años aguardando a la gabarra, podemos esperar 13 días más para sacarla. Las lágrimas el 25 de mayo serán de alegría.
Tenemos que dar gracias a este equipo por hacer soñar a todo un pueblo. Julen Guerrero en su perfil de Facebook decía que el club ya ha ganado porque "es todo un honor hacer creer a las nuevas generaciones que se puede competir con los grandes con nuestra filosofía". No es el momento por tanto de lamentarse, sino de "agradecer al equipo por hacernos soñar a todos los que amamos el Athletic" concluye el portugalujo.
Indudablemente la fiesta del jueves en Bilbao ha marcado un antes y un después. Se ha sembrado la semilla que perpetúa el relevo generacional en la afición. Ver desfilando en alegre confraternización a miles de familias con un sentimiento común asegura la pervivencia de nuestra filosofía. Hermanados en los éxitos y también en la derrota. Una manera de vivir el fútbol que trasciende lo deportivo.
Como el equipo se ha ganado un segundo match ball para cerrar la temporada con un título recomiendo un ejercicio mentalmente saludable: valorar en su justa medida lo conseguido. No olvidemos un detalle que nos dejó el partido de Bucarest cuando perdíamos 2-0 y faltaban unos pocos minutos para el pitido final aún pensábamos que había posibilidad de remontar. En eso ya hemos mejorado. Levantemos la moral mirando de frente el desafío del 25 de mayo. Estemos en Madrid o en el bar del barrio, tendremos una nueva ocasión de alzar las banderas, esas que antes fueron nuestras y que ahora portan con orgullo nuestros hijos. Nos queda mucho por rugir juntos. La victoria es momentánea; el honor es para siempre. Orain eta beti, Athletic.
No se que palabra se ciñe más para expresar lo que la derrota, o mejor dicho, la forma en que esta llegó; ruina, abatimiento, aniquilación, hundimiento, estrago, destrucción, perdición, depresión, fracaso, hecatombe, desmoronamiento, consternación... Va a costar superarlo. Y para ello, hay que saber las causas. Porque el Athletic no perdió dignamente. El Athletic, inoperante, no ofreció resistencia alguna.
Cerrada la noche sobre el National Arena de Bucarest, con las lágrimas tintineando por el rostro de los jugadores del Athletic, ¿como estaba Marcelo? ¿cómo estaba anímicamente después de la dolorosa derrota ante el Atlético de Madrid en la final de la Europa League?.
Bielsa, que asumió la responsabilidad absoluta del resultado del encuentro, quedó devastado por la pérdida en un partido en el que el conjunto rojiblanco, saturado por la responsabilidad del reto al que se enfrentaba, no dio con la tecla. Bielsa, autocrítico y perfeccionista investiga las causas que generaron el desajuste general en el duelo capital del torneo, del que el Athletic salió muy mal parado.
Mientras los jugadores, aniquilado el ánimo, no encontraban consuelo tras recibir las medallas que les acreditaban como subcampeones de la competición continental, el preparador rosarino, ajeno al bullicio, en la burbuja de sus pensamientos, se cuadró frente al trofeo que no pudo alcanzar. Lloraban el Athletic al completo, sin consuelo, y Marcelo Bielsa, inalterable, no dejaba de mirar a la copa, atraído por la cercanía, alejado sin embargo por la representación de la escuadra, que nunca se aproximó realmente a una posible conquista del trofeo.
JOHAN CRUYFF: "El Athletic acusará esta derrota"
Esa caída, estrepitosa, lacerante porque el Athletic nunca se interpuso al Atlético, y que ha dañado profundamente al corpus del equipo, sitúa a los bilbainos ante un escenario complejo a menos de la final de Copa contra el Barça. Así al menos lo estima Johan Cruyff, gurú del barcelonismo, que analizó la derrota del Athletic desde el punto de vista psicológico. "El Athletic es un equipo bastante joven, y cuando te machacan en un partido así, lo acusas", argumentó Cruyff cuando le preguntaron sobre la huella que pudo dejar la final de la Europa League en el organismo del Athletic, vapuleado el miércoles en el National Arena de Bucarest.
Y es que el equipo rojiblanco, que cierra el domingo ante el Levante la Liga, está obligado a recomponerse en lo futbolístico y rehabilitarse en lo anímico para acudir al Vicente Calderón el próximo 25 de mayo con la suficiente energía como para poder competir con el Barcelona, un conjunto que le exigirá al máximo desde todos los ángulos.
Antes de caer la noche, y aún después, no se escucha otro canto en Bucarest que el de los aficionados del Athletic, que viajan eufóricos a lomos del destino que, esta vez sí, les promete un título europeo que llevan esperando todo la vida. Pocas horas después, el sueño se ha hecho trizas, está desparramado por el suelo como los tristes perros vagabundos que patrullan de noche la ciudad.
Pisoteados, los hinchas rojiblancos no saben qué decir aparte de que están decepcionados, que se habían hecho tantas ilusiones, todas, y que, claro, en esos casos el batacazo, en caída libre, suele ser tremendo y doloroso. Muchos lloran como niños. El rostro de otros es el reflejo de un alma en descomposición. Todos caminan aletargados. Zoombies. Alguno se siente más muerto que vivo.
Los sueños de la afición rojiblanca, rotos
La pesadilla ha durado 85 minutos -desde el primer gol de Falcao- de desesperación por el juego del Athletic, desbordado por la final, achicado por el peso de la historia, desdibujado, desconocido y aplastado por el Atlético. Un equipo a años luz de aquel que maravilló en su fascinante travesía europea.
En el National Arena de Bucarest había cinco aficionados del Manchester que habían comprado la entrada para la final antes de que los diablos rojos cayeran fulminados por el Athletic, un rayo deslumbrante en Old Trafford. Por eso, porque el de Bielsa había sido el mejor equipo que habían visto en toda la temporada, no vendieron el billete, cogieron vuelo y hotel y viajaron a Bucarest para volver a disfrutar con el juego sedoso de esos muchachos. Cuando salieron del estadio, creyeron que habían visto a otro equipo.
Un regreso eterno
Envuelto en el manto de la noche, el éxodo rojiblanco fue una marcha fúnebre. La mayoría se metió en los autobuses que les tenían que llevar al aeropuerto y allí permanecieron enlatados hasta cuatro horas en las que apenas se movieron 100 metros. Así se multiplicó la indignación que arrastraban -por el juego del equipo, por el resultado y por la injusticia histórica-. Los retrasos en el aeropuerto, de hasta cinco horas, fueron el combustible perfecto para el fuego de la ira. Se hablaba de un partido horroroso, de un equipo desnortado, de la karaja de este y el desacierto de aquel, de que, en conjunto, los jugadores no hicieron nada que sirviera de mínima apelación para no merecer la tunda que le dio el Atlético.
Aitor, Iñaki y Luisito aterrizaron a las 19.00 horas del miércoles en Bucarest, se fueron directos al campo, asistieron al esperpento encogidos y hundidos en su asiento de la zona del Atlético y volvieron a Bilbao en un vuelo que salía a las 4.00 de la mañana. Imagínense el mosqueo. Hay quien sintió un enorme alivio al llegar a casa por la mañana porque el final del viaje era también el final de una pesadilla que duró los 85 minutos y el descuento más largo de sus vidas, que son todas las horas que tardaron en regresar a Euskadi.
No es que nadie dudara de su fe rojiblanca. Todo lo contrario. Precisamente, explicaban, por eso les duele tanto este dolor. Las decepciones del corazón siempre son las más intensas. Los aficionados sintieron que el equipo no les fue fiel, que no se merecían un partido así. Abandonados por su amor eterno y maltratados por la organización de la final. Cornudos y apaleados.
El primero en tomar la palabra ante los periodistas ha sido Llorente, que lo primero de todo ha agradecido el apoyo que están recibiendo por al afición. "Teníamos la responsabilidad de traer la copa, por este motivo el dolor de perderla es más grande. Luego llegas aquí y te encuentras con este apoyo, esto es muy bonito".
En la misma línea Ibai Gómez ha explicado sus lágrimas en Bucarest: "Son momnetos muy duros, intenté contenerme pero no pude, porque al final sientes los colores y toda esa gente animándote... pero hay que levantarse, tenemos otra final".
Así, Llorente ha dicho que "somos afortunados de poder jugar otra final en apenas quince días después de perder una. Hay equipo que esperan años".
MENOS PRESIÓN ANTE EL BARÇA
Sobre la final de Copa, el ariete ha reconocido que acuden la cita con menos presión. "La gente nos veía con más opciones de ganar en Bucarest al Atlético, porque por la Copa del Rey no dan un duro por nosotros, así que saldremos sin tanta presión. Ahora hay que trabajar con tranquilidad". Ibai ha añadido a este respecto que "va a ser una final dificilísima ante el mejor equipo de la historia, pero vamos a tener nuestras opciones y nos vamos a preparar para ello".
Sobre la responsabilidad de la derrota, los jugadores han coincidido en afirmar que es de todos. "Todos somos responsables cuando ganamos y cuando perdemos". Llorente ha explicado que tras el partido Bielsa no les dijo nada y que luego en el hotel se reunieron varios jugadores en una habitación para analizar lo ocurrido. "Fue una noche muy larga".
Para acabar, Llorente ha hecho hincapié es la afición y su comportamiento. "Es muy importante sobre todo por los niños que sienten tan adentro al Athletic". Ibai ha manifiestado también que "merece más la pena ser subcampeón con este equipo que campeón con otro".
ENTRENAMIENTO EN LEZAMA
Con todo, la plantilla del Athletic ha regresado hoy a los entrenamientos en sus instalaciones de Lezama para preparar el último partido de Liga, el del domingo frente al Levante.
Marcelo Bielsa, que decidió suspender la sesión que en principio tenía prevista ayer por tarde nada más regresar de Rumanía, ha dividido a sus futbolistas en dos grupos.
Por un lado, varios suplentes y no convocados en la final han disputado un partido frente al filial bajo la dirección de Claudio Vivas, ayudante de Bielsa, en el que han formado Raúl, Ramalho, Ekiza, Zubiaurre, Koikili, Gurpegui, San José, Galarreta, David López, Toquero y Gabilondo.
Una hora más tarde han salido al campo de entrenamiento los titulares en Bucarest, salvo Aurtenetxe y con la presencia de Ibai Gómez e Íñigo Pérez, que jugaron la segunda parte, para realizar la habitual sesión de recuperación pospartido.
Una de los peores aspectos de las derrotas es que a las pocas horas de producirse hay que olvidarse de las emociones para descomponerlas en datos y consecuencias. La final de la Liga Europa perdida por el Athletic obliga al club a mirar a lo que le espera la próxima campaña en función de lo que haga en ésta.
El último cabo de la Liga se anuda el domingo. Los rojiblancos (49 puntos) visitan al Levante (52), al que adelantarán si ganan. Pero aún en ese caso, para ser sextos necesitan además que el Mallorca (52) no puntúe en la cancha del Real Madrid y que Osasuna (51) no gane en su visita al descendido Racing. Es decir, se precisa una carambola a tres bandas para saltar a esa plaza, la que garantiza jugar sólo una eliminatoria previa de acceso a la próxima Liga Europa.
Por tanto, la final de Copa ante el Barcelona es muy probable que marque el horizonte deportivo del equipo el próximo curso. La UEFA ha comunicado que, a diferencia de lo que sucedía en años anteriores, los campeones de Copa de las seis competiciones nacionales con mayor coeficiente entrarán directamente en la fase de grupos de la Europa League. Estas son las de Inglaterra, España, Alemania, Italia, Francia y Portugal. Si se gana a los azulgrana, los rojiblancos se estrenarán en Europa en la primera jornada en la fase de grupos, el 20 de septiembre.
SI SE PIERDE LA FINAL DE COPA Y NO SE ACABA SEXTO HABRÍA QUE JUGAR DOS RONDAS PREVIAS Y COMENZARÍAN EL 2 de AGOSTO
Sin embargo, si la tropa de Marcelo Bielsa cae en la final ante el Barcelona y no es sexta en Liga se verá obligada a jugar dos previas para regresar a la Liga Europa. La primera sería el 2 y el 9 de agosto y la segunda los días 23 y 30 del mismo mes, un escenario muy delicado para el club.
Esto ya ocurrió en el año 2009 tras caer en la final de copa. El Athletic sufrió en exceso ante rivales inferiores pero mucho más rodados como el Young Boys y el Trombso.
Muniain debutó como jugador del Athletic contra el Young Boys en San Mamés, una semana más tarde, marcó su primer gol en el Athletic que le dió el pase a la segunda previa y marcando un récord a su vez: fue el jugador más joven en debutar con el Athletic y el más joven en marcar un gol con el Athletic.
Para empezar, en la primera eliminatoria el entrenador no podría contar con quienes acudan a los Juegos Olímpicos, que concluyen el 12 de agosto. Ander Herrera, Óscar de Marcos y Ander Iturraspe parecen fijos en el combinado español. Pero además tienen muchas opciones de ir a él también Javi Martínez (que ya se ha manifestado en favor de tomar parte en los Juegos), Muniain y San José. Es decir, en el peor de los escenarios hasta cinco titulares y un central suplente no estarían en esa primera eliminatoria y, como mucho, con escaso margen de preparación para la segunda.
Al menos, estaría garantizada la presencia de quienes acudan a la Eurocopa (del 7 de junio al 1 de julio) y no repitan en los Juegos. Muniain, Llorente, Iraola y Javi Martínez son los rojiblancos a los que Vicente del Bosque llevó a su última convocatoria. Aunque podrían estar en esa previa, deberían acortar días de vacaciones, como ya hizo Llorente en 2009 tras tomar parte en el Mundialito de Sudáfrica.
LAS ÚLTIMAS ROTACIONES DE BIELSA
Haber ganado al Atlético habría despejado los enigmas. El Athletic estaría en la fase de grupos de la Liga Europa y en la Supercopa de Mónaco, donde se mediría al Bayern de Múnich o al Chelsea. Por desgracia, no ha sido así. Además, Bielsa optó por aplicar en los dos últimos partidos rotaciones, algo que no había hecho hasta ahora. En Zaragoza dejó fuera del equipo a seis titulares. Frente al Getafe, a nueve. Sólo sumó un punto en esos dos partidos. Este escaso bagaje supuso su despedida de la Champions y de la quinta plaza, con acceso directo a la fase de grupos si el Athletic no gana la Copa. Los colchoneros, sin embargo, no reservaron futbolistas en sus últimos encuentros. Eso les ha permitido llegar a la última jornada de Liga con opciones de alcanzar la Liga de Campeones, imprescindible, según su presidente, Enrique Cerezo, para que no haya traspasos al final de temporada.
Para la final de 2009 en Valencia, se inscribieron 170.000 vizcainos, el 15% de la población del territorio histórico.
La diputación Foral de Bizkaia acaba de cerrar el plazo para inscribirse en el sorteo de 100 entradas para ver la final de Copa entre Athletic y Barcelona. Según ha informado la institución foral, el sorteo de estos derechos de compra se realizará el próximo martes, 15 de mayo, a las 12.00 horas, en la sala de prensa de la Diputación vizcaina.
El sorteo se realizará ante notario con la presencia de los medios de comunicación y podrá ser seguido en directo a través de la página web de la Diputación www.bizkaia.net. Los resultados se conocerán y se publicarán de forma inmediata en la misma página web.
"Hoy más que nunca me siento orgulloso de mi equipo y de toda la afición del Athletic"
Sus lágrimas hablaban por sí solas. Rabia, pena, dolor. Sobre el césped del Estadio Nacional de Bucarest, Iker Muniain era el fiel reflejo del hundimiento de una afición, del bajón de todos los que siente el rojo y el blanco del Athletic. Sin embargo, como los grandes jugadores, el atacante navarro sabe que hay que pasar página cuanto antes y ha aprovechado las redes sociales, como ya hizo ayer horas antes de la final contra el Atlético, para lanzar un mensaje de ánimo a la hundida hinchada vizcaína. "Espero que esta final sea tan sólo la primera de muchas", ha deseado el futbolista.
Sobre el duelo de ayer, la derrota contra el Atlético, resalta que el equipo se dejó "todo" sobre el campo rumano, "luchamos, insistismos, pero no pudo ser". Sin embargo, la tristeza le dura hasta ahí a un profesional que aún tiene mucha carrera por delante, que sabe que de seguir esta evolución, podrá disfrutar de más finales -sin ir más lejos el próximo viernes 25 la de la Copa del Rey- con el Athletic. Por el margen de crecimiento de la escuadra y también por el apoyo que reciben cada día: "Si hemos llegado hasta aquí, ha sido, sin duda, gracias a vosotros. Hoy más que nunca me siento orgulloso de mi equipo y de toda la afición del Athletic. Un abrazo", ha alabado Muniain, el primero de los jugadores del Athletic que ha reaccionado hoy en las redes sociales.
Poco después, Ibai Gómez también se ha referido a los espectadores que fueron a Bucarest: "Grande afición! Inigualable! No hay palabras para poder agradecer todo vuestro apoyo". Y como su compañero de vestuario, mira hacia el futuro. "Toca levantarse de este difícil momento. Eskerrik asko!", se anima el fubolista de Santutxu, que fue uno de los revulsivos frente al Atlético, aunque sus ocasiones no se concretaron en gol.
Diversas organizaciones ultraderechistas han convocado una marcha por la unidad de España para próximo 25 de mayo como respuesta "a las seguras provocaciones del separatismo vasco y catalán", en referencia a los aficionados del Fútbol Club Barcelona y del Atlethic de Bilbao que se desplazarán a Madrid para asistir a la final de la Copa del Rey de fútbol, que se celebrará en el Vicente Calderón.
La manifestación, que cuenta con la autorización de la Delegación del Gobierno en Madrid, partirá a las 18.00 horas de la Plaza de Alonso Martínez para acabar en la Plaza de Chamberí, disputándose la final copera a las 22.00 horas. No obstante, la Policía protegerá las zonas fan de ambas hinchadas. La de los catalanes se instalará en la Puerta del Sol y la de los vascos en el parque del Retiro. Los convocantes de extrema derecha aseguran que dichos aficionados están programando un silbido contra el himno nacional cuando éste suene en la final copera, que se celebrará en el estadio Vicente Calderón y consideran que con este gesto "se insulta a toda España y a todos los españoles".
"Queremos con esta marcha reivindicar la idea de España como Nación y el valor de la unidad entre todos los españoles como una necesidad para construir un país fuerte capaz de garantizar una vida digna a todos sus miembros", han señalado los organizadores de la manifestación. Además, consideran que esta marcha es "una manifestación unitaria entre distintas organizaciones de muy diferente sensibilidad dentro del patriotismo político español". De hecho, entre los convocantes se encuentra La Falange, el Nudo Patriota Español, el Movimiento Católico Español y la Asociación Vieja Escuela Madrid, Sindicato TNS, Patriotas.es y Plataforma Memoria y Lealtad.
Diversas asociaciones han convocado la marcha como respuesta "a las seguras provocaciones del separatismo vasco y catalán". La Policía protegerá las zonas fan de los aficionados de Athletic y Barcelona.
Varios cientos de hinchas rojiblancos han acudido esta tarde a las intalaciones de Lezama para recibir a los jugadores y animarles tras caer ayer en la final de la Europa League en Bucarest.
Los aficionados, que han animado a los jugadores con gritos de apoyo, no han podido presenciar el entrenamiento que en principio se había programado en Lezama, ya que ha sido suspendido.
La expedición rojiblanca ha aterrizado al filo de las seis y media de la tarde en el aeropuerto de Loiu procedente de Rumanía, desde donde había partido tres horas antes.
Jugadores y cuerpo técnico han sido recogidos a pie de pista por un autobús para trasladarles a Lezama, donde antes de recoger sus vehículos, varios de ellos entre lágrimas, han respondido con saludos a los gritos de ánimo del numeroso público que ha colapsado los accesos a las instalaciones del club rojiblanco.
El técnico del conjunto bilbaino, Marcelo Bielsa, ha citado a sus futbolistas mañana viernes en Lezama para comenzar a preparar el último partido de Liga que va a enfrentar al Athletic con el Levante el domingo en el Ciudad de Valencia.
El vuelo en el que ha llegado la expedición bilbaina ha sido uno de los 41 programados, 38 con destino en Loiu o y en 7 en el de Gasteiz, en los que han regresado la mayoría de los 12.000 aficionados que se desplazaron a Bucarest para asistir en directo a la final.
Según ha informado el aeropuerto de Loiu en un comunicado, entre las 20.30 y las 21.00 horas esta previsto que aterricen los cuatro últimos aviones procedentes de Rumanía, entre ellos el último Jumbo 747 fletado para trasladar a los aficionados rojiblancos a la final de Bucarest.
La parte negativa del regreso masivo de los hinchas ha estado en los retrasos, ya que mientras algunos vuelos han llegado puntuales o con demoras inferiores a una hora, otros "han acumulado retrasos de entre tres y seis horas debido a las dificultades y aglomeraciones" registradas en el aeropuerto de la capital rumana.
A su llegada a Bilbao han sido varias las personas que se han quejado del mal trato recibido por parte del personal de aeropuerto de la capital rumana y la desatención por parte de la organización de la final en este área.
Ello ha motivado incluso que el Athletic haya cursado "de manera formal" su "más enérgica protesta" a las instancias organizativas "por la deficiente planificación, la falta de medidas correctoras y el trato dispensado" a los seguidores a la hora de su regreso a Bilbao
Pena, desilusión, tristeza... Son las palabras con las que describen los cientos de aficionados que a estas horas vuelven desde Bucarest, donde ayer el Athletic perdió la final de la Europa League tras caer 3-0 ante el Atlético de Madrid. Por la zona de llegadas del aeropuerto de Loiu aparecen aficionados rojiblancos por oleadas, en función de los vuelos que van aterrizando.
No es como otras veces. Las puertas se abren y la gente no canta ni grita. Miran al suelo, tristes, han estado a un paso de ver hacer historia a los de Bielsa. Pero no pudo ser. "Es una pena, hemos llegado tan lejos y mira...", se resignaba un joven seguidor que, junto a sus amigos, se le notaba cansado. Y es que la derrota ha caído como un jarro de agua fría. "Pensábamos que podíamos ganar esta final. Parecía más fácil que la que viene", ante el Barcelona.
Los miles de pasajeros que van llegando a Loiu se detienen para reponer fuerzas. En silencio, se toman su café y su pintxo. Mirada perdida y pensativos. No es momento para charlas. Reponer fuerzas y volver para casa, o a trabajar. Algunos leen la prensa. Con atención, no se pierden nada. Serios, también prestan un minuto a mirar a sus compañeros que llegan. Todos igual. Tristes. "Es un bajón, sobre todo con el segundo gol de Falcao. Nos vinimos abajo", explicaba José Ignacio, quien admite que la afición "dejó de animar y todos estuvimos callados".
Ahora les queda otra oportunidad. La final de Copa, el próximo 25 mayo precisamente en el Vicente Calderón, la casa de su verdugo ayer en Bucarest. Tampoco faltarán allí, en Madrid, para animar al Athletic. "Iremos a animar aunque no tengamos entrada, por el Athletic lo damos todo". Como hicieron ayer.
"Lo que vives no te lo quita nadie"
Una de esas fieles es Marisol Anabidarte, una mujer de Muskiz de 67 años. Con una camiseta negra del Athletic irradia vitalidad. La derrota, y sobre todo el amor por su equipo, no le deja sin fuerzas . "Es nuestro Athletic, pierda o gane. El Athletic es como un padre para nosotros, un día le riñes y otro le adoras".
Y es que esta mujer no estaba muy satisfecha con el juego desplegado ayer por los leones. "Fue un juego malo. Además, el primer gol nos llegó muy pronto. Les veo cansados". Aun así, tiene un gran recuerdo. "Lo que vives no te lo quita nadie. Pensábamos que era posible, más que en la final de Valencia. Para la Copa soy más realista, el Barcelona es favorito".
"Nunca me imaginé en esta situación"
Zigor y Ángel, también de Muskiz, estaban "de bajón". No pensaban que el partido se pondría cuesta arriba tan rápido. Y es que el primer gol de Falcao "era remontable", pero el segundo del colombiano, añaden, "nos hundió. No levantamos cabeza". Zigor, que incluso con el 2-0 mantuvo la esperanza, con el tanto de Diego se dio cuenta de que ya no había nada que hacer.
El viaje ha sido duro y el regreso más duro aún, sobre todo con la derrota. "Nunca me imaginé en esta situación, no esperaba perder", señala con cara de tristeza. No obstante, se lleva la parte buena: el ambiente. "Eso fue lo mejor, increíble", relata. Su compañero Ángel espera "ver la gabarra otra vez". No pierden la esperanza.
Una de las últimas leyendas del Athletic considera que ayer se ganó un título: "reivindicar una filosofía, que es el Athletic y porqué somos del Athletic"
Julen Guerrero, la última leyenda rojiblanca, un hombre que se despidió del Athletic sin participar en ninguna final con el primer equipo, mostró su pesar poco después de acabar el encuentro la derrota vizcaína en Bucarest. "Una pena", ha escrito en su página de Facebook. Sin embargo, ha sido la única palabra agria de su emotivo texto. El exfutbolista rojiblanco, en este sentido, resalta que "no es cuestión de lamentarse, es momento de agradecer".
Y dirige estas palabras a los futbolistas, los protagonistas esenciales para el excapitán, que coincidió en el terreno de juego con el actual presidente Josu Urrutia: "AGRADECER a estos jugadores los grandes momentos que nos han hecho vivir, agradecer por hacer soñar a todo un pueblo, una filosofía, una ideología, una creencia... Por hacernos soñar a todos los que amamos el ATHLETIC", escribe el actual responsable de tecnificación de la cantera del Málaga.
Considera Julen Guerrero que el vizcaíno ha sido "el mejor equipo de la Europa League de esta temporada, pero no se ha podido culminar con un Título". Aunque, el excentrocampista de Portugalete considera que sí, que el Athletic ha conquistado otro trofeo, ha levantado otra Copa, una que llega al corazón de todo el que ama a esos colores. "Ha ganado el TÍTULO de hacer creer a las nuevas generaciones que se puede competir con los grandes y conseguir cosas a través de una filosofía que nos hace fieles. Han ganado el TÍTULO de que todos los que somos del Athletic, vamos a transmitir por los siglos de los siglos: 'qué es el Athletic y por qué somos del Athletic'... Sí, ese el gran TÍTULO del Athletic hoy". Por eso, estima el vizcaíno que los profesionales deben sentirse "muy orgullosos de ellos": "Ese TÍTULO no tiene precio, y es mucho más importante que levantar una copa".
Y a partir de ahí, como muchos aficionados rojiblancos, también como muchos miembros de la primera plantilla vizcaína, ya miran hacia el futuro. Hacia el partido de Copa, y mucho más allá. Al futuro, que, según las palabras de Guerrero, se vislumbra muy positivo para la tropa del Athletic. "Están en el buen camino y saber gestionar esta dolorosa y ver que es lo contrario, lo que han hecho es una GRAN VICTORIA, que seguro les va a dar más oportunidades".
Y elegante, en un texto que remata con un "Eskerrik asko chavales. Aupa Athletic!!!", el excapitán reconoce el mérito del rival. "Y como en el Athletic nos enseñan a más cosas que jugar al fútbol, felicitar al Atlético y sus aficionados por el Título".
Llorente estaba abatido después del partido. Admitió la superioridad del Atlético, recordó la gran trayectoria de los rojiblancos y pidió que el equipo se levante de cara a la final de Copa del Rey del 25 de mayo contra el Barcelona en el Vicente Calderón: "Ha sido un recorrido largo y bonito y después de todo ese esfuerzo te da rabia perder porque es una pena que sólo pueda ganar uno. Ha sido un palo porque han jugado muy bien y Falcao ha sido determinante. Son momentos duros pero hay que levantarse, queda otra final y tenemos que luchar y superar esta derrota lo antes posible".
El portero rojiblanco asume que "la vuelta a Bilbao va a ser dura y complicada para todos" y a dicho a la afición que "juntos es la manera de salir adelante, como siempre".
Gorka Iraizoz ha pedido a sus compañeros que levanten el ánimo tras el varapalo sufrido hoy ante el Atlético de Madrid, frente al que han perdido en Bucarest la final de la Liga Europa, para "resurgir" de esta situación "como el Athletic ha hecho en muchas ocasiones".
"En 15 días tenemos otra final, estamos en dos finales que es algo que pocos equipos tienen y, aunque hoy es difícil, tenemos que apretar los dientes y con el apoyo de nuestra afición tenemos que resurgir como el Athletic ha hecho en muchas ocasiones", ha dicho el portero navarro, visiblemente decepcionado por la derrota.
"Ahora es complicado de analizar (el partido). Pero esto es lo que toca, lo que nos ha deparado hoy el fútbol. Aunque con el tiempo se verá desde otra perspectiva. Hay que seguir adelante, creer en el trabajo que se está haciendo y estar orgullosos del camino por el que hemos llegado", ha apuntado, reflexivo. Iraizoz asume que "la vuelta" a Bilbao "va a ser dura y complicada para todos" y ha dicho a la afición "rojiblanca" que "juntos es la manera de salir adelante, como siempre".
El guardameta del conjunto vasco no cree, por otro lado, que por tener más experiencia que sus compañeros la decepción que tiene él es menor que la de otros. "La veteranía no importa, todos sufrimos a nuestra manera. Ahora lo que hay que hacer estar juntos y unidos. Saber que tenemos otra oportunidad (la final de la Copa del Rey, el 25 de mayo en el Vicente Calderón ante el FC Barcelona) y agarrarnos a ella", ha recordado.
El centrocampista reconoció el mal momento que vive el vestuario pero no quiso pasar por alto la gran temporada que están firmando.
"Estaremos orgullosos cuando analicemos lo que hemos hecho y del camino realizado. Nos levantaremos", indicó a Telecinco el jugador del Athletic.
"Este es un equipo que nunca se da por vencido. Se pone de pie en situaciones adversas y lo vamos a demostrar", indicó Herrera que no se olvidó de su adversario.
"Ahora toca felicitar al Atlético Madrid, que se lo merece por el triunfo y nosotros a levantarnos", indicó Herrera.
"Bielsa no nos ha dicho nada. No es el momento. Es mejor pensar en frío y no ahora", concluyó.
"Estoy decepcionado. El partido que hizo el Athletic no fue bueno y yo soy el responsable, porque el equipo no logró conseguir el objetivo que nos habíamos planteado y eso aumenta mi decepción. Me siento responsable de la distancia que hubo entre lo que somos capaces de producir y lo que generamos en esta final", lamentó Marcelo Bielsa, para quien "la derrota fue merecida y justa, pero la diferencia fue exagerada".
El entrenador del Athletic ha asegurado que "yo soy quien toma las decisiones, el que decide quién juega y cómo se juega, así que me siento responsable de lo que pasó", ha apuntado. Casi toda la rueda de prensa del exseleccionador argentino y chileno giró en torno a ese sentimiento de dolor y a su 'mea culpa' por un resultado negativo.
"No defendimos bien, no fuimos claros para atacar. Jugamos menos de lo que estamos en condiciones de producir. Yo entiendo que eso tiene que ver con mi responsabilidad directamente. Si no es muy fácil conducir, cuando las cosas van bien es fácil", subrayó. Bielsa destacó que la gran diferencia entre ambos equipos fue la mayor efectividad del rival.
"Lo que ha pasado en el campo es que ellos llegaron ocho veces e hicieron tres goles, nosotros llegamos nueve y no hicimos ninguno. El resultado es justo, pero la diferencia es exagerada. Las diferencias que se vieron en el campo no son las que existen entre ambos", estimó el rosarino. "El trámite no fue demasiado desparejo, las situaciones de gol también fueron proporcionadas. El elemento clave es que el tipo de partido es al que aspiraba nuestro rival, lograron el escenario propicio para imponer el proyecto de juego con el que enfocaron el partido y nosotros lo contrario", analizó.
El reto de la copa del rey
El equipo tiene ahora un nuevo reto, la final de la Copa del Rey el día 25 ante el FC Barcelona, y por ello los jugadores deben rehacerse del golpe anímico sufrido en una competición que los ilusionaba especialmente. "Cuando termina un partido como el que nosotros protagonizamos, todo el mundo reflexiona y todo el mundo busca sus respuestas. Es un momento no para consolarnos, sino para reflexionar, yo el primero", indicó.
El técnico, cuya continuidad está en el aire y se conocerá después de la final de la Copa del Rey, no quiso hacer un análisis sobre los éxitos que le esperan a esta generación del Athletic: "Es difícil prever el futuro".
Falcao, con dos golazos, destroza a un Athletic espeso, con escasas ideas y sin puntería en el remate ante un Atlético bien plantado y que ha jugado con oficio.
Llora Bilbao. Brotan lágrimas en Bizkaia, en Bucarest, en una parte de Argentina, esa que es 'bielsista', en zonas de Inglaterra, que se hicieron de este equipo tras la exhibición de Old Trafford... Muniain, Íñigo Pérez, Toquero, Llorente... Todos eran la cara de la derrota. Lágrimas. Destrozados. Rotos. El Athletic ha caído frente al Atlético en el Estadio Nacional. Adiós al primer título de la campaña. Es normal que la tristeza, la resignación y la rabia se introduzcan de lleno en el corazón de los siempre fieles hinchas. Lógico.
Pero los aficionados rojiblancos deben enterrar esos amargos sentimientos cuanto antes: en el horizonte, en poco más de quince días, aparece una nueva oportunidad para recaudar un título, para arrinconar estas sensaciones en la Copa contra el Barça. Nos queda, por tanto, otro trofeo y se debe pasar página cuanto antes. Ya. Los profesionales vizcaínos, esos hombres que han tumbado al United con dos exhibiciones, al Schalke 04 con una lección de efectividad y al Sporting con casta y coraje, no han podido con el Atlético de Simeone, que ha jugado con oficio, a lo que ha querido, y tiene un matador llamado Radamel Falcao, pichichi de esta Europa League. El fútbol aún debe un título continental a la entidad de Ibaigaine, como ha recordado Koldo Aguirre a lo largo de estos días previos.
Hace 35 años no se logró con él en el banquillo, y ahora, con un hombre como Marcelo Bielsa que ha revolucionado el juego de la escuadra, que le ha ascendido muchos peldaños en el planeta fútbol, se ha quedado a un paso de la gloria. A punto. Rozando la leyenda. Rabia, dolor, también porque los rojiblancos se han quedado muy lejos de sus exhibiciones europeas. El Athletic, al que le ha faltado una pizca de suerte, pero sobre todo efectividad y consistencia defensiva, continuará con su palmarés europeo vacío. Ha perdido una oportunidad inmejorable para estrenarlo. Sin embargo, la tristeza se debe esquivar. Dejar a un lado. Porque tenemos una final muy cerca, el próximo 25 de mayo en el Vicente Calderón (qué casualidad), donde habrá otro desembarco de aficionados, mayor si cabe, que el de Bucarest. Los 'héroes' son los que se levantan y estos jugadores que han permitido disfrutar a la inmensa hinchada vizcaína en una temporada legendaria se alzarán para luchar por el torneo del ko. Lo harán. Seguro.
Y la culpa de todo la tiene Radamel Falcao, un 'killer', un delantero letal que ha aprovechado cada resquicio que le ha dado una endeble defensa vizcaína, con un Amorebieta que ha tenido una noche desquiciante, implicado en las tres dianas contrarias. Mejor desde el primer instante, con una tremenda presión, el Atlético ha mostrado claras sus intenciones y ha pillado al Athletic demasiado nervioso, como si le pesara la responsabilidad de una final a un grupo joven. Su objetivo era ahogar la salida del balón bilbaína y cerrar cualquier resquicio para los que han ejercido de visitantes. A pesar de los gritos de “a por ellos” que atronaban en la parte bilbaína del Estadio Nacional, el colombiano ha golpeado primero. ¡Vaya golazo! Espectacular. Con un recorte precioso, exquisito, y un misil con la zurda directo a la red. Un jarrón de agua fría. Demasiado temprano. Seis minutos, por debajo. Y eso no era lo peor. Las sensaciones que desprendían los hombres de Bielsa no eran las mejores. Ni mucho menos.
Pero pronto despertó la escuadra vizcaína. Es cierto, lejos de su mejor nivel, aunque sin ese miedo, empezó a pisar el área del Atlético. Es más, en un centro se pidió penalti sobre Fernando Llorente -fue claro- por agarrón de Godín. Es la típica jugada que no se pita, pero que impide al delantero rematar. No se había alcanzado el primer cuarto de hora aún, y el Athletic se iba creciendo (mediado el primer acto la posesión era 33%-67% para los bilbaínos), se iba sintiendo a gusto en el césped, a pesar de que los rojiblancos madrileños cerraban todos los huecos con precisión milimétrica. Eso sí, había destellos de peligro de los bilbaínos. Pase de Herrera, al que no llega por poco el de Rincón de Soto. Pero en el otro conjunto existía un depredador del área, un ariete magnífico. Cada vez que Falcao cogía el balón, Bilbao, Bizkaia y todos los aficionados rojiblancos temblaban. Se animó en una jugada personal, por ejemplo, en la que tuvo que venir desde atrás Herrera para frenarle con una clara falta. Amarilla. Justa. Eso sí, Diego, en el Atlético, se ha hartado a hacer faltas en la primer mitad y no ha visto la cartulina.
El Athletic mejoraba con el paso del tiempo. Pero no se anotaba. El Atlético llegaba de vez en cuando. Pero tiene gol. Aunque el segundo fue un regalo de Amorebieta, que ya había fallado en el primer tanto y lo volvió a hacer en el tercero. El central de Cantaura se ha liado a recortar delante de un rival y ha perdido el esférico. Arda ha aprovechado el error, ha centrado y Falcao, con un gran movimiento dentro del área, ha logrado la segunda diana. Final cuesta arriba. Mucho. Aunque este escuadrón vizcaíno se ha mostrado capaz de todo. De ahí al final de la primera parte los vizcaínos buscaron su oportunidad, pero no llegó. El Atlético se encerraba muy bien en su área, y faltaba claridad de ideas en un centro del campo vizcaíno sobrepasado por el 'colchonero', con más oficio y experiencia. Se ha notado la bisoñez.
Había que cambiar tras el descanso. Como fuera. Bielsa metió a Ibai -héroe frente al Sporting de Portugal y contra el Schalke 04- e Iñigo Pérez por Aurtenetxe e Iturraspe. Y se debía marcar cuanto antes. Ya. Muniain, por la banda derecha, sacó un buen centro raso, que Godín despejó a córner. Primer aviso en el minuto inicial. El encuentro entra en un toma y daca sin ocasiones claras para ninguna de las dos escuadras.
Pero no había claridad, lucidez, fluidez. El Atlético, cuando cogía el esférico, se traducía en peligro. El Athletic se acercaba, pero sólo eso: se perdía en cuanto se acercaba al área con una magnífica defensa del cuadro de Simeone. Quedaba la opción del balón parado. Íñigo Pérez, a los quince minutos, apostó por una falta lejana, que despejó Courtais a córner. No salía nada. Toquero, al campo. A la desesperada. Había que remontar. Por esa afición que se ha ilusionado esta temporada como nunca, que soñaba con acabar con una sequía de dos décadas y media, por esos niños y jóvenes que han lucido durante todo el día con orgullo su camiseta del Athletic y recuperaban ese cántico eterno: “¡Ni Barça ni Madrid, Athletic!”. Por ellos, los profesionales bilbaínos no se rindieron. Llorente e Ibai encadenaron una doble ocasión a falta de 20 minutos. Poco después, la oportunidad llevó el sello del chaval de Santutxu, que en un arranque de rabia y garra les robó la cartera a tres defensas 'colchoneros', y dejó un balón que De Marcos lanzó muy alto.
Se agotaba el tiempo. El Atlético encerrado. Susaeta, desde fuera del área, se encontró con un rival que despejó su balón bien dirigido al córner. A continuación, una triple oportunidad. No era la noche del Athletic. Para nada. Ni Llorente, ni Toquero, y tampoco Susaeta lograron marcar a falta de diez minutos para el final. Se creó alguna ocasión más. Nada. Diego marcó el tercero. Y se acabó. Adiós al sueño europeo. Los jugadores, el cuerpo técnico, la hinchada... Por los suelos. Los 'colchoneros' han sido justos vencedores. Pero para el cuadro de Marcelo Bielsa aún queda la Copa. Se puede. Habrá que aguardar al día 27 de mayo para sacar la gabarra.
