Pena, desilusión, tristeza... Son las palabras con las que describen los cientos de aficionados que a estas horas vuelven desde Bucarest, donde ayer el Athletic perdió la final de la Europa League tras caer 3-0 ante el Atlético de Madrid. Por la zona de llegadas del aeropuerto de Loiu aparecen aficionados rojiblancos por oleadas, en función de los vuelos que van aterrizando.
No es como otras veces. Las puertas se abren y la gente no canta ni grita. Miran al suelo, tristes, han estado a un paso de ver hacer historia a los de Bielsa. Pero no pudo ser. "Es una pena, hemos llegado tan lejos y mira...", se resignaba un joven seguidor que, junto a sus amigos, se le notaba cansado. Y es que la derrota ha caído como un jarro de agua fría. "Pensábamos que podíamos ganar esta final. Parecía más fácil que la que viene", ante el Barcelona.
Los miles de pasajeros que van llegando a Loiu se detienen para reponer fuerzas. En silencio, se toman su café y su pintxo. Mirada perdida y pensativos. No es momento para charlas. Reponer fuerzas y volver para casa, o a trabajar. Algunos leen la prensa. Con atención, no se pierden nada. Serios, también prestan un minuto a mirar a sus compañeros que llegan. Todos igual. Tristes. "Es un bajón, sobre todo con el segundo gol de Falcao. Nos vinimos abajo", explicaba José Ignacio, quien admite que la afición "dejó de animar y todos estuvimos callados".
Ahora les queda otra oportunidad. La final de Copa, el próximo 25 mayo precisamente en el Vicente Calderón, la casa de su verdugo ayer en Bucarest. Tampoco faltarán allí, en Madrid, para animar al Athletic. "Iremos a animar aunque no tengamos entrada, por el Athletic lo damos todo". Como hicieron ayer.
"Lo que vives no te lo quita nadie"
Una de esas fieles es Marisol Anabidarte, una mujer de Muskiz de 67 años. Con una camiseta negra del Athletic irradia vitalidad. La derrota, y sobre todo el amor por su equipo, no le deja sin fuerzas . "Es nuestro Athletic, pierda o gane. El Athletic es como un padre para nosotros, un día le riñes y otro le adoras".
Y es que esta mujer no estaba muy satisfecha con el juego desplegado ayer por los leones. "Fue un juego malo. Además, el primer gol nos llegó muy pronto. Les veo cansados". Aun así, tiene un gran recuerdo. "Lo que vives no te lo quita nadie. Pensábamos que era posible, más que en la final de Valencia. Para la Copa soy más realista, el Barcelona es favorito".
"Nunca me imaginé en esta situación"
Zigor y Ángel, también de Muskiz, estaban "de bajón". No pensaban que el partido se pondría cuesta arriba tan rápido. Y es que el primer gol de Falcao "era remontable", pero el segundo del colombiano, añaden, "nos hundió. No levantamos cabeza". Zigor, que incluso con el 2-0 mantuvo la esperanza, con el tanto de Diego se dio cuenta de que ya no había nada que hacer.
El viaje ha sido duro y el regreso más duro aún, sobre todo con la derrota. "Nunca me imaginé en esta situación, no esperaba perder", señala con cara de tristeza. No obstante, se lleva la parte buena: el ambiente. "Eso fue lo mejor, increíble", relata. Su compañero Ángel espera "ver la gabarra otra vez". No pierden la esperanza.
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