El Rosarino ya ha tratado todas las cuestiones propias de la negociación con Urrutia y Amorrortu.
Todo está a expensas de que Bielsa transmita cuál es su pensamiento. El rosarino ya ha mantenido los contactos pertinentes con sus dos interlocutores, Urrutia y José Mari Amorrortu a lo largo de los días anteriores. En los encuentros que, como no podía ser de otro modo, se han celebrado en el ámbito más privado, se han puesto encima de la mesa todas aquellas cuestiones que Bielsa deseaba repasar a fin de introducir modificaciones que afectarían a la labor del cuerpo técnico.
A estas alturas, ambas partes saben a qué atenerse. Disponen de la información precisa para hacerse una composición de lugar. Es decir, el Athletic ha trasladado las posibles soluciones a aquellos problemas planteados por Bielsa, quien a su vez deseaba corregir los aspectos organizativos, tanto en relación al personal como a las infraestructuras, que habría ido anotando a lo largo de la temporada.
Esta dinámica de subsanar carencias, según el personal criterio de Bielsa, arrancó prácticamente desde su llegada a Bilbao hace ahora once meses. A medida que el entrenador fue tomando contacto con la realidad, empezaron a aflorar diversas cuestiones que no eran de su agrado. Algunas se han podido ir corrigiendo sobre la marcha, pero no todas. Seguir avanzando en esa línea de mejora en las condiciones de trabajo era premisa ineludible para poder abordar la posible renovación del vínculo.
Desde que la expedición rojiblanca regresara de Madrid, son los futbolistas quienes se han ausentado y disfrutan de sus vacaciones. Bielsa ha seguido encerrado en las instalaciones de Lezama, cerrando los informes correspondientes a la etapa consumida, así como abordando aspectos relativos al futuro. Y no solo Bielsa se ha mantenido al pie del cañón. También el equipo de colaboradores que trajo continúa desarrollando las tareas encomendadas, como cuando la plantilla se hallaba en activo. Luis Bonini, Claudio Vivas, Pablo Quiroga y Diego Reyes permanecen ocupados al lado del jefe. También ellos aguardan expectantes su mensaje definitivo. Lo único que tienen claro es que no será hasta el fin de semana cuando hagan las maletas y viajen juntos a su lugar de origen.
Eso sí, antes de que estén volando con destino a Argentina, todo el mundo tendrá constancia de si Bielsa seguirá ocupando el banquillo que la directiva le viene ofreciendo desde tiempo atrás. Una iniciativa que cuenta con el respaldo generalizado de la afición, que así lo ha hecho saber a través de sus cánticos coincidiendo con las últimas actuaciones del equipo, lo cual constituye en sí mismo algo insólito aquí.
Este fenómeno tampoco es nuevo en la trayectoria profesional de Marcelo Bielsa. Si bien en varios de sus anteriores destinos, la reacción popular se produjo cuando el técnico ya había trasladado a sus superiores el deseo de cambiar de aires. En esta oportunidad, el proceso acordado para tomar la decisión ha favorecido que la espontánea reacción popular se haya anticipado, ambientando el Estadio Nacional de Bucarest, el Vicente Calderón y, antes, el propio San Mamés.
Ahora, el técnico argentino tiene la palabra. El resto del mundo está a la espera. Por lo menos, el mundo del Athletic.
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