martes, 8 de mayo de 2012

MANÉ: "Lo que te ha llevado hasta la final, es lo que tienes que poner encima del tapete"


Se ha retirado de los banquillos tras un carrera de 1.500 partidos, entre ellos la final de la UEFA de 2001 con el Alavés ante el Liverpool, y 26 de Liga al frente del Athletic en la angustiosa campaña 2006-07.
A José Manuel Esnal, Mané, le queda esa sensación de no poder poner la guinda a su excelente trayectoria europea como técnico del Alavés, al que le metió en la final de la Copa de la UEFA de 2001 ante el Liverpool, que se llevó el título gracias a un gol de oro en la prórroga (4-5). Aquel duelo de Dortmund fue épico y once años después rescata aquella experiencia que espera no se repita con el Athletic mañana, por lo menos en cuanto resultado.

Mané (Balmaseda, 25 de marzo de 1950) recomienda a los rojiblancos que ante el Atlético de Madrid sean fieles a su idea y que gestionen la ansiedad, determinantes para conquistar una gloria que el extécnico del Athletic, con el que coincidieron Llorente, Iraola, Gurpegi, Javi Martínez y Gabilondo, ve factible.


¿De qué manera se prepara una final?
Hay un contagio por parte de la afición, por parte de la prensa, que está incidiendo en el qué, en cómo se va a preparar, en cómo se va a jugar... No hay que variar mucho de lo que vienes haciendo, lo que te ha llevado hasta allí es lo que tienes que poner encima del tapete. Y después, evidentemente, que no haya muchas interferencias, que si las entradas, los familiares... Hay que aislar un poco al equipo, porque se suele pasar todo de exceso. Estás jugando la final diez días antes, que agota mentalmente.

¿Cómo vivió la histórica final de Dortmund frente al Liverpool?
Hay una serie de inconvenientes que nos desbordaron. La final es a un solo partido, donde el equilibrio es muy grande, se ahonda en la seguridad, porque te puede pasar como a nosotros, vas del gancho intentando remontar desde el principio y tienes que ir a la épica, un escenario que no lo quiere nadie.

¿Se detecta una ansiedad excesiva en el jugador?
Sí y es necesario gestionarla. Depende también del futbolista y del grupo. Este es un equipo joven, con la experiencia de la final de Mestalla, donde ya vivió esas sensaciones, que me imagino serán controlables.

¿Cómo gestionó la situación en Dortmund?
Tratamos de aislar al equipo concentrados en un hotel a las afueras de la ciudad. Las continuas visitas de políticos, periodistas, directivos... y se trataba de, como entrenador, dar la cara.

¿Llega a fatigar?
Desgasta mucho porque por momentos se da una situación caótica. Todos son familiarmente educados, pero cada uno tiene su opinión. Después, el ambiente, muy lejos de casa, ya llegas lastrado de todo ese gentío... Te hace recapacitar, porque el futbolista ya está metido en faena.

¿Son momentos en que determinados jugadores tienen que tirar de galones en el vestuario, como quizá pudo ser el caso de Antonio Karmona en aquel Alavés?
Sin duda. Aquel equipo es diferente al Athletic. Había siete internacionales por sus respectivos países. Jugadores como Magno, Desio, Astudillo, Contra, Jordi Cruyff... Tenían su peso para controlar la situación.

¿Le marcó mucho la forma en que el Alavés perdió la final de Dortmund?
No. Lo sientes como un dolor, un sufrimiento, una angustia. Las finales hay que vivirlas. Una vez que la vives y has ganado, debe ser la leche. Si la pierdes, también es la leche, porque la has mamado, la has disfrutado.

Y además puso al Alavés en el epicentro del mundo futbolístico.
El Alavés era un club pequeño que se hizo grande en poco tiempo. El Athletic es otra cosa, con una historia muy particular.

¿En qué se equivocó Mané en Dortmund?
La final se acaba y ya está. Ya no se puede corregir, es lo bueno y lo malo de un partido único.

¿Le hizo mejor entrenador aquel éxito del Alavés?
Siempre mejoras. Empecé a entrenador con 24 años y hasta los cincuenta y tantos he contabilizado 1.500 las veces que me he sentado en el banquillo. He hecho 1.500 alineaciones. Imagínese las ocasiones en las que me habré equivocado. Supongo que las experiencias, la memoria y los partidos te hacen mejor entrenador, pero tampoco lo sé. Si estableces en tu cabeza los errores de las finales, seguramente no llegarás a ninguna más.

¿Qué sintió como persona?
No duermes, estás decepcionado, frustrado, tienes que contar un montón de segundos para levantar el ánimo a los demás. Eres el director de orquesta, no puedes tirar la batuta y quitar los instrumentos a los músicos. Te dices: hemos afinado bien, pero los otros han afinado mejor.

La trayectoria de aquel Alavés y este Athletic en Europa fue muy similar. ¿En la eliminatoria ante el Inter, en octavos, se dieron cuenta de que podían alcanzar la final?
Veía al equipo con tanta solidez que no tenía reparo alguno en enfrentarse a cualquiera. Era tan poderoso como los demás. La eliminatoria más importante fue la del Rosenborg, un equipo caído de la Champions, importante en esos tiempos. Ahí ya vimos que esa posibilidad existía.

Fueron capaces de vencer en San Siro. ¿No fue una proeza?
Tenía muy buenos futbolistas, pero era poco equipo. Estaban los Recoba, Vieri..., jugadores con mucha pegada, pero su fondo físico era muy deficiente y nos dimos cuenta de que ese equipo era muy ganable. Se superó ese paso, luego tienes un Rayo, que te pone muy cerquita y te metes en semifinales, donde echas todo. La trayectoria del Athletic es similar, con la salvedad de que entonces no existía la fase de grupos. Ves que ganas al Manchester, que era la prueba del fuego, y tienes sensaciones de que puedes conquistar lo máximo.

¿Ve similitudes entre aquel Inter y este Manchester United?
Sí, por lo menos respecto a la eliminatoria ante el Manchester United, al que también superó en octavos. En la medida de gran equipo que no está en su mejor momento, sí. Porque es un referente futbolístico internacional y si le ganas, te pone en primera escena.

¿Ve al Athletic campeón de la Europa League?
El partido va a estar muy igualado, pero sí creo que el Athletic tiene un puntito más en dos otros o tres detalles. El balón parado es muy importante en este equipo, con jugadores de la talla de Llorente, con lanzadores extraordinarios como Ibai Gómez o Iñigo Pérez.

¿Considera, entonces, al Athletic favorito al título?
No, creo que la final está al cincuenta por ciento por las seguridades que tienen ambos. Además, están juntos en la Liga, los dos tienen pegada, defensivamente tienen similitudes, aunque el Athletic probablemente tiene más dinamismo y tiene arriba a Llorente.

Y el Atlético tiene a Falcao, un depredador del área.
Está haciendo goles, pero es un jugador diferente, al que se necesita efectuar un control. El dinamismo del Athletic y las ganas de jugar en campo contrario ofrecen su plusvalía en una final. Si el Atlético no responde a sujetar a Llorente ni al juego dinámico del Athletic, contaremos con ventaja.

¿Dónde va a estar la clave de la final de Bucarest?
Es obvio, pero estará en las áreas, en el acierto y en el desacierto. O sea, en la pegada.

Pues el Athletic necesita tres ocasiones o más para hacer gol.
Este equipo tiene mucha pegada, maneja además muy bien el balón parado y los diez goles de cabeza de Fernando Llorente no son moco de pavo. En cualquier momento el equipo te puede remontar una adversidad, independientemente de la virtud de su juego.

¿Qué le dice el entrenador al jugador de cara a una final europea; que salga a disfrutar, que nadie te va a quitar lo bailado?
Aquí te ha traído tu forma de jugar y así tienes que jugar la final. Eso lo sabe el futbolista. Tienes que olvidarte, además, del resto de cosas, porque si quieres comer de todos los platos a la vez, te vas a indigestar. Saborea este momento, esta oportunidad y, como ya vienes de haber ganado a equipos importantes, sabes que está a tu alcance.

¿Qué supone luchar por el título con un equipo de tu Liga?
Es, además, un equipo que ha ganado la UEFA hace dos años. En la memoria cercana tienes un antecedente, que tiene una importancia muy grande por experiencia. Pero también tiene su reverso, la falta de ese hambre que quizá tenga el Athletic, muy valioso en el aspecto emocional y de intensidad.

¡Quién pillara como entrenador a este Athletic!
Para llega a esta época, hay que pasar otras. Te encuentras con una plantilla que viene hacia abajo, ya que, en estos caso, no hubo una regeneración conveniente. Hay que tener mucho cuidado con contratos largos, que si se paga más o menos. La gestión de este club es muy difícil en esa política. Hay momentos en que hay que gestionar la decadencia de una época y a alguno le tiene que tocar.

Y le tocó a Mané. ¿Le desgastó muchísimo su etapa en el Athletic?
Muchísimo. Fue una situación muy angustiosa, no por ti, sino porque es un trabajo de mucha exposición pública. No eres un individuo más cuando vas por la calle. Esto desborda y tienes que estar preparado. Tienes que ser una persona muy equilibrada para poder gestionar esos días de frustraciones, el desencanto de mucha gente, declaraciones poco oportunas.

De aquel equipo continúan Gurpegi, Iraola, Javi Martínez, Llorente, Amorebieta y Gabilondo. ¿Qué queda en este Athletic del Athletic de Mané a parte de los nombres?
Supongo que las experiencias que llevan estos futbolistas en las mochilas de sus carreras como profesionales. Les habrá servido para algo.

Para Mané la de Dortmund fue su primera final, novedad que no se da en el caso de Marcelo Bielsa, que también viene de otra sociedad y de otra cultura futbolística. ¿Le hace ser más frío a la hora de afrontar la final de Bucarest?
Se tiene que comprometer y no hablar desde el púlpito. Creo que no es de esos, porque está metido en la harina del equipo, tal como nos ha planeado su idea de juego y tal y como ha gestionado el grupo. Ha estado totalmente implicado, lo que va con la idea de ganar como buen argentino y sin cambiar lo que ha venido demostrando. No creo que nos vaya a sorprender a estas alturas.

¿Le ha sorprendido su impacto en el Athletic?
Me ha sorprendido la rapidez con la que el grupo se ha adaptado a este nuevo sistema. Para jugar con el mismo se necesitan jugadores dinámicos, como el caso de hombres como Ander Herrera y él, buen conocedor de quién puede practicar este juego, no ha trastocado la plantilla para conseguirlo.

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