Marcelo Bielsa está «desilusionado y apenado» por la oportunidad perdida el pasado miércoles en la final de la Liga Europa frente al Atlético. Su carácter inconformista hace que, tres días después de aquel triste acontecimiento, todavía dé muestras evidentes de las consecuencias de lo sucedido en Bucarest. El técnico argentino no lleva bien perder ni un partido amistoso, por lo que es de suponer la situación que estará atravesando después de que se le escapara un título continental.
El rosarino ha reconocido en privado, en más de una ocasión, que le cuesta asimilar las derrotas. Mantiene un duelo personal con ellas en solitario. No es muy partidario de tener gente a su alrededor para tratar de paliar el dolor que le suponen. Ayer, durante más de media hora se dedicó a pasear en solitario en una banda del campo en el que se entrenaba el primer equipo en Lezama. Sus hombres trabajaban con sus ayudantes. El técnico estaba pensativo. Una imagen nada extraña a lo largo de la temporada si no fuera porque también se le veía inquieto. Metía las manos en los bolsillos del chándal y después las cruzaba en la espalda. Hubo incluso un momento en el que se sentó en uno de los banquillos, pero fue por poco tiempo. Lo abandonó, y volvió a retomar su ritual.
No había aficionados cerca. Lo que magnificaba la imagen de soledad del argentino. El club ha decidido cerrar el paso a los seguidores al fondo más cercano al punto donde los futbolistas saltan al campo hasta la disputa de la final de Copa. Más tarde Bielsa habló con Gurpegui durante unos segundos y, posteriormente, ya entró en la dinámica del entrenamiento.
En su primera rueda de prensa después de madurar y analizar la final de la UEFA dio claras muestras de estar tocado. Rostro serio. Respuestas cortas sin levantar la mirada del micrófono. No quería extenderse demasiado ni complicarse en excesivas aclaraciones. Dio la sensación de que tenía que cumplir un trámite obligado sin tener muchas ganas de hacerlo, y trató de que concluyera lo antes posible.
Activar la Ilusión
Eso sí, el técnico habló con sinceridad. Volvió a asumir toda la responsabilidad de lo ocurrido sobre sus espaldas. «Lamento mucho no haber conseguido el objetivo por los jugadores, que lo merecían, y los aficionados, que lo ansiaban. "Me hago cargo de lo que significa mi responsabilidad en una situación como esta, sobre todo porque antes del partido estábamos en condiciones de ganarlo. No haberlo hecho estando en condiciones aumenta mi responsabilidad porque disponía de una herramienta para aspirar a ganarlo", ha reflexionado.
La «generosa respuesta» ofrecida por los seguidores durante esta semana aumenta su «sensación de tristeza por no haberles podido ofrecer un título». Las muestras de «cariño y apoyo» recibidas aumentan en Bielsa «la sensación de deuda». Sin embargo, cuestionado sobre la posibilidad de que un varapalo como el sufrido en la competición continental pueda condicionarle en algo a la hora de tomar la decisión de quedarse o no la próxima temporada, el técnico rosarino zanjó pronto el posible debate. «No tiene nada que ver».
«En su momento acordamos con el club evaluar la posibilidad de extender el vínculo con todas las evidencias disponibles. Hay victorias que aconsejan cierres y derrotas que aconsejan continuidad, y viceversa. Según cómo se las observe indican el camino a seguir. Lo que hay que hacer es esperar a que termine la competición, evaluar y tomar las decisiones ambas partes», manifestó el rosarino.
Bielsa quiere estar centrado en los dos partidos que les quedan por disputar. El de hoy de la competición doméstica, ante el Levante, y el de la final de Copa. El primero tiene que servir «para recobrar la autoestima de los jugadores». El que jugará frente al Barcelona en el Vicente Calderón el día 25 es la segunda oportunidad para alcanzar un título. No ha previsto trabajo específico alguno para tratar de recuperar a sus hombres animícamente porque «una nueva final es suficiente estímulo para cualquier futbolista profesional». Desde su punto de vista, es el factor «que más activa y renueva la ilusión». Así lo entiende él, aunque tenga enfrente al conjunto dirigido por Pep Guardiola en su último compromiso como blaugrana.
«Si necesitáramos trabajo específico para jugar una final en relación al ánimo, por más que hayamos perdido una, sería muy mala descripción de nosotros. Si hay algo que debe estimular es la posibilidad de jugar otra», destacó. Esa es una de sus bazas para renovar la confianza de la plantilla lo antes posible. «Los equipos cuando pierden una final lo lamentan toda la vida porque saben que no son frecuentes, pero ahora hay una oportunidad similar inmeditamente», añadió.
ULTIMO PARTIDO DE LIGA
Marcelo Bielsa ha considerado que el partido ante el Levante es importante para "levantar la moral" a los jugadores del Athletic, además de para sumar los tres puntos en la clasificación. Según ha apuntado "corremos riesgos porque lo jugamos con las expectativas de recobrar la autoestima", tras haber perdido la final.
En cuanto a la alineación que sacará en el encuentro de mañana, el técnico rosarino ha reconocido que tiene "dudas" y ha matizado que "Aurtenetxe e Iñigo Pérez no estarán porque arrastran diferentes molestias". Asimismo, ha adelantado que el once puede tener alguna variación que podría ser que Ibai ocupe el puesto de Llorente, De Marcos por la duda de Aurtenetxe y Toquero en el puesto que deja libre De Marcos. Además, Ekiza jugará en el lugar de Javi Martinez. Por tanto el Athletic juega con Iraizoz; Iraola, Ekiza, Amorebieta, De Marcos; Iturraspe, Herrera, Toquero; Susaeta, Ibai Gómez y Muniain.
El Athletic busca una carambola a tres bandas. Ganar, que el Mallorca no puntúe en el Santiago Bernabéu y que el Osasuna no gane en Santander. Si se dan todos estos condicionantes, el equipo rojiblanco acabará la Liga sexto y jugará solo una previa de acceso a la próxima Liga Europa. En caso contrario, necesita ganar la Copa al Barcelona para evitar que sean dos, la primera de ellas desde el 2 de agosto, sin los olímpicos, que pueden ser De Marcos, Herrera, Iturraspe y San José.
El levante se juega entrar en la UEFA por primera vez en toda su historia.
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