La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha ratificado hoy en exigir que no haya pitadas a ningún símbolo nacional en la final de la Copa del Rey que disputarán el viernes el Barcelona y el Athletic, y ha exigido que se respete la libertad de expresión que le ampara "para decir lo que piensa".
Aguirre se ha referido de nuevo a sus polémicas declaraciones de ayer, cuando planteó suspender la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Athletic si las aficiones vasca y catalana "pitan" al príncipe, la bandera o el himno español, una propuesta que ha provocado un aluvión de críticas.
Aguirre celebrando el año pasado el título que ganó el Real Madrid |
"Si hay equipos que no quieren jugar el Campeonato de España, pues que no lo jueguen", ha reiterado Aguirre, que ha recordado que el Athletic de Bilbao y el Barça "son los dos equipos de fútbol españoles que más copas tienen del Campeonato de España" y que van a alinear el viernes "un mínimo de 9 jugadores de la selección" nacional.
Ha destacado asimismo que Athletic de Bilbao y Barça "tienen una mayoría de seguidores que no son para nada antiespañoles" y que cuentan con aficionados en toda la geografía nacional, incluida su propia jefa de gabinete que, según ha indicado, es "culé".
Se trata, según la presidenta, de "que una minoría radical delinca" y ofenda a los símbolos nacionales, "tanto a la bandera, como al himno de España como al jefe del Estado", porque, ha recordado, se trata de delitos contemplados en el Código Penal.
Aguirre ha apelado repetidas veces a la libertad de expresión que le ampara para decir "lo que piensa que es correcto".
Según Aguirre, "hay bastantes maneras de impedir" una "pitada monumental" como la que algunos pretenden conseguir el viernes, pero ha admitido que en este asunto "no tiene nada que hacer" y que se limita a decir "lo que piensa" porque a ella también le ampara la libertad de expresión.
AGUIRRE INCENDIA LA COPA
Críticas por todos lados: "Pirómana, Hooligan y Ultrasur numero 1"
Las reacciones llegaron de todos los ámbitos, desde el Gobierno central y los autonómicos hasta los propios deportistas. Así, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, comentó que el deporte es para "disfrutar" y no para otras reivindicaciones, y señaló que se tratará de evitar que en la final se mezclen "unas cosas con otras".
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que descartó suspender el partido, pidió que no se mezcle "la política con el deporte" y garantizó a las aficiones de los dos equipos que pueden ir a Madrid con total tranquilidad porque "no va a pasar nada". Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, dijo que la polémica "ha rebasado los límites de la sensatez" y apeló al "respeto histórico de los clubes y las aficiones" por la Copa del Rey.
Para Aitor Esteban, del PNV, Aguirre se ha metido "en camisa de once varas", y advirtió de que con declaraciones de este tipo "la pitada todavía puede ser mayor".
Xabier Mikel Errekondo, portavoz de Amaiur, expresó su apoyo a la "oficialidad" de las selecciones deportivas y entiende que es legítimo reivindicarlo "sin caer en provocaciones", y por eso animó a las aficiones del Athletic y del Barça a que pidan "con sus senyeras e ikurriñas" el reconocimiento internacional de sus selecciones.
El portavoz de ERC, Alfred Bosch, aseguró que a quien le apetecería silbar sería a Aguirre, porque ha actuado como "una pirómana", una "hooligan" y una "ultrasur number 1", y preguntó al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, si va a actuar contra ella. En el extremo contrario, Rosa Díez, de UPyD, tiene claro que si lo que persiguen las aficiones es "abuchear" al príncipe, que no jueguen la final.
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